Especies exóticas invasoras, la prevención es la clave
La naturaleza constituye un engranaje de equilibrio perfecto en el que la diversidad biológica convive y evoluciona de forma imparable. Sin embargo, en ocasiones la intervención humana traslada de forma voluntaria o involuntaria especies exóticas invasoras que se asientan en el medio natural y provocan consecuencias devastadoras e irreversibles como la extinción de animales y plantas. Desafortunadamente, el municipio de Vitoria-Gasteiz también está expuesto y afectado por esta problemática. La información y la prevención son las claves para involucrar a los ciudadanos y evitar potenciales desastres. Se calcula que el 40% de las extinciones mundiales de animales y plantas se producen por la introducción de especies invasoras que ponen en peligro la conservación de la biodiversidad. Muchas de ellas son incapaces de proliferar cuando se liberan en un medio ajeno al suyo, pero otras prosperan con éxito desplazando a las especies autóctonas y provocando incluso su extinción y graves perjuicios ecológicos.
Las consecuencias también son económicas cuando una especie exótica se convierte en plaga y ataca a sectores como la agricultura, la caza, la pesca o el turismo y, en casos extremos, sanitarias si portan enfermedades que no sólo afectan a la flora y fauna autóctona sino también al propio ser humano. ¿Cómo aterrizan las especies invasoras en nuestro entorno? Por increíble que parezca, algunas de ellas son introducidas intencionadamente por el hombre. El ejemplo más dañino en nuestros ríos y humedales lo protagonizan el cangrejo rojo o los peces exóticos como el lucio, el pez sol, la carpa o
la perca americana, liberados irresponsablemente por pescadores que anteponen su afición a las consecuencias ecológicas de su acción. Estas invasoras depredan sobre la fauna autóctona y, en algunos casos, destruyen las praderas de algas sumergidas y los ecosistemas acuáticos. Para evitarlo, se llevan a cabo descastes de peces exóticos como los que realiza periódicamente el CEA en Salburua. En otros casos, las especies invasoras llegan al entorno de forma accidental, como el helecho acuático Azolla filiculoides en el meandro cortado de Aramanguelu en el río Zadorra. Este helecho, que se emplea para decorar los acuarios domésticos, ha invadido de un manto rojo la superficie del cauce del Zadorra en esta zona. El simple gesto de tirar el agua del acuario por el desagüe lo lleva directamente al río, donde prolifera sin control y colapsa la zona en la que se asienta. La solución no es sencilla y seguramente pase por retirar la planta de forma manual, una labor sin duda laboriosa y cara.
El visón europeo es uno de los ejemplos más cercanos de especies amenazadas. Este carnívoro en peligro de extinción en la Península Ibérica se intenta recuperar desde hace años en el entorno de Vitoria-Gasteiz y especialmente en el Anillo Verde. Sin embargo, el visón americano es uno de sus mayores enemigos, una especie mucho más grande, voraz y adaptable que llega a nuestro entorno fugado de las granjas peleteras. Por este motivo, desde hace más de una década se realizan trampeos de estos animales invasores con objeto de que el visón europeo recupere sus dominios.
El uso en jardinería de plantas ajenas a nuestra flora o el aparente gesto de buena voluntad que supone soltar mascotas exóticas que ya no queremos, también se convierten en graves desequilibrios del hábitat. Del Anillo Verde se retiran anualmente ejemplares de plantas como el plumero de la pampa que desplaza a las especies autóctonas. Igualmente, sólo en Salburua se han retirado en estos últimos tres años 38 ejemplares de galápagos de Florida, una especie muy carnívora y depredadora que prolifera a costa de los galápagos autóctonos -europeos y leprosos-. La prevención es la clave para evitar estos desastres.
Una costumbre tan sencilla como limpiar los enseres de pesca con lejía elimina el peligro de invasiones como la del mejillón cebra, que ha acarreado costes billonarios para el arreglo de infraestructuras hidráulicas. Y acciones responsables como evitar la suelta de mascotas en la naturaleza, prescindir de la moda de tener animales de compañía exóticos o emplear siempre plantas ornamentales autóctonas, suponen valiosas herramientas para luchar contra posibles desastres. Porque el equilibrio ecológico de nuestro entorno está en nuestras manos.